Ayunar es la forma en que la Madre Naturaleza sana el cuerpo humano. Es su manera de limpiar el interior del cuerpo para beneficiarse plenamente de las maravillas del Cóctel Herbario y funcionar a su nivel más alto.
Un aspecto crucial de ayunar —y esto puede parecer extraño— es que le permite a tu cuerpo a comerse adecuadamente.
Es algo que pasa todo el tiempo. Las células envejecen, se agotan y el cuerpo las recicla. Es un proceso natural llamado “autofagia”, que literalmente significa “comerse a sí mismo”. Se podría decir que es la forma en que el cuerpo limpia la casa.
Yoshinori Ohsumi ganó el Premio Nobel de Fisiología o Medicina en 2016 por sus hallazgos en cuanto a este proceso importante.
Dado que durante un ayuno no estás obligando que tu sistema digestivo trabaje duro para digerir alimentos, les queda mucha energía a tus células para entablar bien la autofagia.
En nuestra época de abundancia, cuando en realidad tenemos una sobreabundancia de alimentos, nuestros cuerpos casi nunca salen de la fase de comer y digerir. La excepción es cuando dormimos. Desgraciadamente, a muchas personas les falta suficiente sueño, así que el cuerpo está sufriendo de esa manera negativa también.
Si nos detenemos y lo pensamos un poco, es nada más un parpadeo en la historia que hemos tenido esta sobreabundancia de comida. A lo largo de la gran mayoría de nuestra historia aquí en nuestro planeta, hemos sido cazadores-recolectores. Comíamos cuando había comida disponible y teníamos hambre cuando no había comida disponible.
Se podría decir que nuestros cuerpos han sido programados para ayunar. A eso es a lo que nuestros cuerpos están acostumbrados. Pero con toda la comida disponible hoy en día —una gran parte de la cual es “manufacturada”, y por eso ni siquiera es lo que necesita el cuerpo humano— la mayoría de la gente nunca llega a un estado sin digestión.
Sólo en situaciones muy raras tiene tu sistema la oportunidad de descansar, reciclarse y regenerarse adecuadamente. Se carga tu sistema corporal con un exceso de “peso muerto”, literalmente. Tu cuerpo deja de funcionar correctamente y se producen problemas físicos y enfermedades crónicas que te despoja de tu calidad de vida.
De nuevo a la autofagia, Colin Champ, MD, un oncólogo de radiación certificado por la junta y profesor asistente en el Centro Médico de la Universidad de Pittsburgh, dice: “Piense en ella como el programa de reciclaje innato de nuestro cuerpo”.
El Dr. Champ también es el autor de Misguided Medicine: The truth behind ill-advised medical recommendations and how to take health back into your hands (“Medicina malinformada: la verdad detrás recomendaciones médicas malaconsejadas y cómo devolver la salud a sus manos”). Desgraciadamente, no está disponible en español, pero sigue diciendo:
“La autofagia nos hace máquinas más eficientes para eliminar partes defectuosas, detener crecimientos cancerosos y detener la disfunción metabólica como la obesidad y la diabetes”.
Como escribe Christopher Vasey N.D. en Curas de frutas:
“La naturaleza profunda de la enfermedad [y las afecciones crónicas] se centra en las deficiencias generales del entorno celular interno del cuerpo. Los síntomas de la enfermedad son simplemente manifestaciones secundarias, superficiales y localizadas, de este problema profundo... La enfermedad no es, como se percibe con demasiada frecuencia, una entidad externa preexistente que enferma al entrar en ella.
“Es imperativo que no pensemos en la enfermedad como un enemigo dentro de nosotros y nuestros cuerpos como campos de batalla. Las deficiencias en nuestro entorno interno y el mal estado de nuestros propios cuerpos son los problemas fundamentales en los que debemos trabajar. Desde esta perspectiva, la terapia es menos como el combate contra un enemigo que la ayuda brindada a un amigo en problemas”.
El ayuno periódico le brinda al cuerpo la oportunidad de curarse, reciclar y regenerar sus células. Así podrá funcionar mucho más cerca de su nivel más alto, para rechazar las toxinas invasoras.
Este estado de ayuno periódico está mucho más cerca de lo que nuestro cuerpo humano se ha acostumbrado durante los eones de la vida de cazadores/recolectores. Es lo que nuestro cuerpo quiere que hagamos.
Otra ventaja extra del ayuno —y en realidad la razón por la que la mayoría de las personas lo practican— es que nos ayuda a mantener nuestro peso y, si se hace correctamente, nos ayuda a perder un peso significativo. Con la obesidad aumentando de manera desenfrenada, este es un aspecto del ayuno que podría ayudar a una gran cantidad de personas.
¡Y en realidad nunca tienes que pasar un día sin comer!
Digamos que decides hacer un ayuno de sólo un día de agua para tu ayuno intermitente. Puedes hacer el ayuno a partir de las 5 p.m. el miércoles hasta las 5 p.m. el jueves. Durante los próximos dos días puedes comer normalmente, sin sobrecompensar por el “tiempo perdido”.
Tras satisfacerte con los dos días de comer, puedes volver a ayunar a partir de las 5 p.m. el sábado hasta las 5 p.m. el domingo. Entonces, podrás comer normalmente hasta el miércoles a las 5 p.m. y comienza de nuevo el ciclo semanal de ayunar-comer-ayunar-comer.
Hay otras formas de ayuno intermitente. También puedes limitarte a una breve oportunidad cada día durante el cual se te permite comer. Es lo que se llama el ayuno 16-8.
Digamos que sólo puedes comer entre las 10 a.m. y 6 p.m. Fuera de esas horas, no se permite comer, ni siquiera bocadillos.
Una buena parte de las 16 horas de ayuno se consumen al dormir. Así que sólo quedan algunas ocho horas cuando no se te permite comer. Por supuesto, ¡no querrás timar al comer en exceso durante la 10 a.m. – 6 p.m. ventana de oportunidad!
Esto es realmente muy cerca de mi sistema preferido de comer. Ni siquiera me di cuenta de que era un patrón de ayuno cuando lo descubrí, hace unos ocho años, que mi cuerpo funcionaba mejor cuando no desayunaba hasta más tarde por la mañana.
Muy relacionado con este tipo de ayuno es el tema de los ritmos circadianos. En su innovador libro, Activa tu ritmo biolóogico iológico: Pierde peso, llénate de energía y mejora tu salud equilibrando tu ritmo circadiano, el Dr. Satchidananda Panda descubrió que en realidad hay un momento óptimo para que nuestro cuerpo consuma y digiera los alimentos.
Según el Dr. Panda, si nos mantenemos dentro de nuestra «ventana de comer», nuestro sistema digestivo funcionará tan bien como debería, siguiendo su reloj interno, o ritmo circadiano. Comer fuera de la ventana nos lleva por el camino hacia problemas de salud.
La ventana de oportunidad para comer puede ser de 8 a 12 horas. Pero, como habrás adivinado, la cantidad óptima de tiempo para dejar la ventana abierta para comer es de 8 horas. Esto deja 16 horas para tomar un descanso de comer y dejar que la quema de grasa y la autofagia ocupen un lugar central. Como acabamos de ver, esto es exactamente lo que tenemos en el modelo de ayuno 16-8.
Debemos hacer todo nuestro comer dentro de nuestra ventana de oportunidad. No se permite comer bocadillos fuera de la ventana.
Según el Dr. Panda, incluso beber café hace que nuestro sistema digestivo se ponga en marcha. Entonces, si deseas comenzar tu día con una taza o dos de café y comienzas a comer tu desayuno media hora o una hora después, tu ventana comienza con el café, no con la comida. Además, debemos terminar de comer para el fin de nuestra ventana, no solo comenzar nuestra sesión de alimentación para el fin.
También es una muy buena idea evitar comer al menos tres horas antes de ir a la cama por la noche. ¿Cuánta energía necesitas para dormir? ¡No mucho! Algo que de verdad no hace falta haccer antes de dormir es producir energía al comer.
Otra opción para ayudar a optimizar la autofagia a través de un programa de ayuno es ayunar durante dos días y luego comer normalmente durante cinco días.
También he encontrado que esto es bastante eficaz. Me resultó un desafío el primer ayuno de agua, y tuve un par de dolores de cabeza leves. Pero persevé y ahora no tengo ningún problema en absoluto durante la etapa de ayuno.
El ayuno intermitente “cinco-dos” ha seguido un patrón bastante predecible.
En mi situación, se pierden aproximadamente cuatro libras durante los días de ayuno y se restaura aproximadamente una libra y media durante la semana siguiente. Esto se traduce en una pérdida neta de alrededor de dos libras y media de grasa corporal innecesaria para la semana, que es bastante bueno. Y es una forma muy saludable para que el cuerpo elimine ese exceso de grasa.
Irónicamente, para las personas que piensan que están “limpiándose” al tomar un jugo especial durante el día mientras continúan con sus actividades normales de alimentación, el acto de comer en realidad funciona en contra de la autofagia.
La limpieza interna resulta de no comer —o de comer sólo una fruta, como las uvas— por un tiempo prolongado.
Aunque pueda ser un acto un poco estresante y algo que al principio va a aparecer que a tu cuerpo no le vaya a encantar (créeme, todo está en tu mente), el acto de ayunar necesita ser parte de tu rutina. Le va a resultar muy benéfica al cuerpo. Antes de que te des cuenta, al tuyo le va a encantar.
¡Sigue adelante para averiguar de la manera especial de ayunar que acabo de mencionar!
Puedes seguir tomando tus hierbas durante un ayuno. ¡No se lo diré a nadie! Pero, en serio, está completamente bien seguir tomando tus hierbas durante un ayuno.
Hay varios tipos de ayunos. El que conocemos lo mejor es el ayuno de sólo agua, y es un objetivo digno. El ayuno intermitente está recibiendo mucha publicidad. Pero no es el único tipo de ayuno, ni necesariamente el mejor.
Un tipo de ayuno que se reconoce ser tan digno como un ayuno de sólo agua, es el ayuno de una sóla fruta.
En este tipo de ayuno se consume sólo un tipo de fruta durante el ayuno, ya sea de dos a tres días o hasta dos semanas, el máximo recomendado para la gran mayoría de la gente. Se puede repetire el ayuno tras por lo menos un mes.
He leído de personas que han continuado durante meses una dieta de sólo frutas. Aunque tecnicamente no están ayunando, todavía los llamo Maestros del ayuno. Han logrado un nivel muy alto de limpieza interna. Sus cuerpos pueden sobrevivir comiendo tan poco durante tanto tiempo porque sus cuerpos son capaces de absorber un nivel extremadamente alto de nutrientes de la fruta.
La gran mayoría de las personas debe empezar lentamente, especialmente si todavía son omnívoros o si se han vuelto veganos recientemente.
Son muy nutritivas las uvas. Son muy ricos en alcalinidad, hidratación y astringencia, lo que los hace perfectos para un ayuno de limpieza. Son ricos en elementos y minerales como calcio, magnesio, hierro, fosfatos, potasio, sodio y sulfatos, y tienen una sorprendente capacidad para reconstruir el tejido corporal, lo que los hace tan valiosos al hacer un ayuno de sólo uvas.
Este ayuno limpia el estómago y los intestinos. Intenta seguir un programa donde tengas una comida de uva cada dos horas, recordando masticar bien la piel y las semillas, ya que las semillas pueden causar estreñimiento.
Con la manera en que la mayoría de nosotros comemos, digerir los alimentos resulta ser mucho trabajo al sistema digestivo, especialmente si una persona todavía come carne. Junto con esa carne —que ya es difícil de digerir—, agrega el pan blanco y algunas verduras, todo en la misma comida. Luego, inmediatamente sigue todo eso con un desierto de fresas y helado.
¡Nuestras entrañas estarán sobrecargadas de trabajo! El sistema digestivo utiliza diferentes enzimas para actuar sobre diferentes tipos de alimentos durante el proceso de digestión. Por toda esta conmoción se vuelve loco el sistema y no funciona bien.
Por eso te conviene tanto consumir una sóla fruta durante este tipo de ayuno.
El estómago y los intestinos podrán enfocarse en procesar sólo un alimento. Así podrán funcionar mejor y de manera mucho más eficiente. Tendrán la oportunidad de descansar y les quedará mucha energía para comenzar a limpiar bien tu interior.
Dado que serán tu única fuente nutricional durante el ayuno, se debe prestar atención especial a la limpieza de las uvas.
La mayoría de las personas no se dan cuenta de que algunas pesticidas son insolubles en agua, por eso pueden resistir la lluvia. Remoja las uvas en agua destilada por aproximadamente 10 minutos, con un poco de vinagre de sidra de manzana. Después de este tratamiento, enjuágalas y límpialas una segunda vez con agua.
El ayuno de uvas puede ayudar a aliviar las siguientes indicaciones:*
Una buena opción, cuando estás listo, es hacer un ayuno sólo de agua durante dos o tres días, seguido por un ayuno de sólo uvas durante dos semanas, o mientras tu cuerpo diga que puede seguir. Cuando realmente sientes hambre, en lugar de sólo querer comer, es cuando el ayuno debe terminar.
Es importante salir lentamente de un ayuno más largo y no disfrutar de una variedad demasiado grande de alimentos inmediatamente después. Tu estómago e intestinos no estarán listos para toda aquella comida y podrían surgir problemas. Lo mejor es comer alimentos crudos, preferiblemente fruta, durante unos días, y gradualmente incluir alimentos cocinados por las noches.
¡Trata bien a tu cuerpo para que tu cuerpo te trate bien a ti!
Este fue el tipo de ayuno empleado por Johanna Brandt. Había sido diagnosticada ésta con una forma severa de cáncer de estómago en 1920. Sus médicos le dijeron que le quedaban seis meses para vivir.
Pero estaba decidida a ser una sobreviviente. Así que investigó bastante y venció el cáncer con el ayuno de uvas. ¡Vivió de todo corazón durante otros 40 años! Publicó su historia en la obra La cura de la uva.
Otra obra, que incluye la de ella además de explicar muy bien lo que sucede en el cuerpo durante un ayuno, cómo se cura y se limpia es The Detox Mono Diet: The Miracle Grape Cure and Other Cleansing Diets (no disponible en español) por Christopher Vasey, N.D.
Éste explica por qué los ayunos de una sóla fruta son tan efectivos en la limpieza y restauración del ambiente celular interno. Muestra muy bien cómo interpretar las señales de tu cuerpo para adaptar la dieta a tus necesidades únicas.
Los grandes doctores de todas las épocas han destacado el papel fundamental que juegan los invasores contra la buena salud. Hipócrates, el padre de la medicina, escribió:
“La naturaleza de todas las enfermedades es la misma... Cuando el humor contaminado es abundante, se arraigará y arrojará a la enfermedad todo lo que es saludable. Todo el cuerpo es atacado y desorganizado”.
El gran doctor inglés del siglo XVII, Thomas Sydenham (1624 - 1689) proporcionó un magnífico resumen de la enfermedad cuando dijo:
“Una enfermedad, por mucho que su causa sea adversa al cuerpo humano, no es más que un esfuerzo de la naturaleza, que lucha con fuerza para restaurar la salud del paciente mediante la eliminación del humor morbífico (que causa la enfermedad)”.
El profesor Arnold Ehret —que podría considerarse como el primer defensor del veganismo moderno— escribió al principio del siglo XX que todas las enfermedades son causadas por una acumulación de moco (es decir, toxinas) en el cuerpo. También era un firme defensor del ayuno.
Cualquiera que sea la terminología empleada o la época en que se usó, la causa de la enfermedad siempre se ha reconocido como una acumulación de sustancias —moco, toxinas, productos de desecho— que obstruyen los tejidos corporales.
Ayunar le da a tu cuerpo un descanso muy necesario de la digestión para que pueda trabajar en ayudar a que se desatasquen los tejidos corporales, liberándolos de las toxinas mencionadas anteriormente.
Recuerda que no es raro experimentar cierta debilidad, incluso síntomas parecidos a la gripe durante un ayuno, que realmente es una desintoxicación. A medida que el cuerpo comienza a limpiar su sistema linfático, los pulmones, cavidades sinusales y otros tejidos corporales se activarán en este proceso general de limpieza.
Descansa tanto como sea posible durante los períodos en que te sientes débil, para ayudar a tu cuerpo a sanarse. ¡Por favor no detengas este proceso de limpieza natural!
El ayuno de uvas es una manera excelente —¡y sabrosa!— de ayudar a que tu cuerpo vuelva a funcionar como debería hacer.
Puedes seguir tomando tus hierbas durante un ayuno. ¡No se lo diré a nadie! Pero, en serio, está completamente bien seguir tomando tus hierbas durante un ayuno.